Hoy quiero compartir con ustedes una experiencia muy importante en nuestra vida como padres: el día en que vacunamos a nuestra hija contra el COVID-19. Ella es lo que algunos llaman "niña pandemia", ya que estuvo en el vientre de su madre durante los tiempos más difíciles de la pandemia.
Cuando mi esposa estaba embarazada, nos encontrábamos en pleno confinamiento por la pandemia de COVID-19. Este fue un momento lleno de temor y preocupación, ya que queríamos proteger la salud tanto de mi esposa como de nuestro bebé en gestación. Mi esposa recibió la vacuna Pfizer mientras estaba embarazada y también la vacuna AstraZeneca mientras amamantaba. Sin embargo, siempre nos preocupaba el riesgo de COVID-19, ya que no había vacunas disponibles para bebés en ese momento.
En un momento dado, tuvimos la oportunidad de viajar a Estados Unidos y consideramos la posibilidad de vacunar a nuestra hija, aunque fuera con una dosis de las vacunas disponibles. Sin embargo, algunas personas cercanas nos desalentaron, sembrando dudas sobre la seguridad de las vacunas. Aunque no somos anti-vacunas, estas opiniones generaron confusión y, entre el ajetreo del viaje, acabamos no vacunándola.
En México, las autoridades sanitarias permitieron la vacunación a través del sector privado, lo que nos dio la oportunidad de vacunar a nuestra hija a partir de los 2 años de edad con la vacuna Moderna. No lo pensamos dos veces y reservamos un lugar para ella. Como padres, rezamos para que no tuviera efectos adversos y que fuera lo mejor para su salud.
El costo de la vacunación fue alrededor de 1500 a 2000 pesos, pero para nosotros, la salud de nuestra hija no tiene precio. Vacunarla con nuestra pediatra, quien es una profesional increíble, nos dio tranquilidad. Afortunadamente, nuestra hija no tuvo efectos adversos y, hasta el momento, ha estado sana, salvo por algunas gripas leves.
Aunque vacunar a nuestra hija pueda representar un gasto extra al recurrir al sector privado, creemos firmemente que es nuestra responsabilidad como padres hacer todo lo posible para proteger su salud. Esta es solo una parte de nuestra historia como padres, pero espero que al compartirla, podamos alentar a otros padres a siempre priorizar la salud y el bienestar de sus hijos.
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